La cebolla cruda es
altamente antiséptica, y ataca a las bacterias infecciosas, incluso la
salmonela. Además es efectiva en contra de la tuberculosis y las infecciones
del aparato urinario, como la cistitis.
El sabor picante de la cebolla aumenta la circulación sanguínea
y provoca sudoración. En tiempo frío es ideal para protegernos de las
infecciones y ayuda a curar los resfríos y catarros.
El zumo de cebolla es excelente para lidiar con el dolor de
garganta.
La cebolla es un buen diurético, así que es recomendable si
tienes alguna enfermedad como la gota o simplemente para aliviar la retención
de líquidos.
Tiene efectos desintoxicantes y es útil para combatir el
cansancio.
Mejora la circulación sanguínea y ayuda a combatir los altos
niveles de colesterol.
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